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Yenros Homestay Raja Ampat

Si buscas pasar unos días en el paraíso, al lado de la naturaleza y aislado del mundo, Yenros Homestay en Raja Ampat es tu lugar perfecto.

Después de realizar un crucero por Raja Ampat, decidimos pasar unos días en un homestay en la isla de Gam y nos decidimos por Yenros Homestay por las buenas referencias que vimos por las redes. Melkis, el gerente, nos respondió a todas nuestras dudas por mail.




Los homestay en Raja Ampat están gestionados por familias locales. Hay varios repartidos por todas las islas y tienen un tamaño bastante reducido, con unas pocas cabañas. Al ser tan inaccesibles, necesitas acordar con ellos que te vengan a recoger al punto de encuentro en barca. Son cabañas tradicionales, sin lujos (el lujo está en la naturaleza), con duchas de agua fría y con la fauna y naturaleza a tu alrededor. Realmente esto era lo que buscábamos.


Al no poder moverte sin la barca, la estancia incluye el desayuno, el almuerzo y la cena. Además, lo más normal es tener fruta o algunos dulces y café o té para la media mañana o la tarde. En nuestro caso, cocinaba la madre de Melkis. Las comidas eran sencillas, siempre con arroz con una sopa o verduras de primero y pescado o carne de segundo. También disponíamos de fruta, aunque no de forma abundante. Nosotros tuvimos que insistir bastante a que no nos pusieran nada de picante, ya que allí le echan a todo. Las bebidas debéis llevarlas a parte, ya que lo más normal es que allí solo dispongan de agua.


Debido a la crisis de la pandemia en Raja Ampat, donde se cerró completamente el turismo, muchos homestay estaban en reconstrucción, incluido el nuestro Yenros. En ese momento disponía de 3 cabañas y justo terminaron la cuarta. También había una cabaña con un porche que hacía de cocina y comedor chill-out y la zona de duchas. Melkis nos comentó que a medida que tuviera más ingresos construiría más cabañas.


Las cabañas eran sencillas, básicamente de madera, con un techo para aislarte de la lluvia. El mobiliario era minimalista con una mesa, una silla y el colchón sobre una esterilla en el suelo con su mosquitera. Disponían de un balconcillo o plataforma donde poner una tumbona con las mejores vistas a la playa.


En las cabañas obviamente había insectos (cucarachas, grillos…), lagartijas y algún roedor. Pero en ningún caso nos molestaron. De noche, con la mosquitera no te enteras de nada. Por las noches nos visitaba el Cuscús, un marsupial endémico de la zona que se mueven de noche. Debíamos buscarlo a lo alto de los árboles con nuestras linternas.


Las duchas eran del mismo estilo, rudimentarias y con agua que rescataban de la lluvia. No había agua caliente, pero cuando estás en el ecuador no la necesitas, cuanto más fresquita mejor.


Lo mejor eran las dos playas prácticamente privadas de las que disponíamos. Playas vírgenes con arena fina y abundantes palmerales. Podías hacer snorkel en las mismas playas, donde llegamos a ver muchos peces, corales, tortugas y algún pequeño tiburón.


El homestay se situaba cerca del poblado de Yenbeser, de donde era Melkis y junto a la desembocadura del río del mismo nombre.


En los homestay puedes llevar una vida muy relajada en el paraíso alternando con otras actividades que normalmente las pactas con sus responsables. Nosotros acordamos varias excursiones a las mejores zonas de alrededor. A continuación, os resumo varias de las actividades que hicimos:


Trekking para ver el ave del paraíso: nos adentramos en la misma selva al lado del homestay con un guía para ver el ave del paraíso. No teníamos muchas esperanzas de verla, pero era la excusa para adentrarse por la selva y ver todo tipo de animales y plantas. Realmente la vimos, aunque a lo alto de los árboles.



Paseo en barca tradicional: vimos que la familia de Melkis utilizaba una barca a remos para ir del pueblo al homestay, así que le pedimos si nos podía dejar. Dedicamos una tarde a aprender a llevar esa barca y disfrutamos muchísimo mientras nos bañábamos frente al homestay.



Snorkel: hay muchos lugares donde hacer snorkel, pero justo al lado se encuentra Batu Lima, una roca que forma pequeños túneles llenos de peces. Y lo teníamos a unos centenares de metros. También fuimos a la Friwen Wall, uno de los lugares más famosos de Raja Ampat porque es una pared espectacular llena de corales, donde aprovechamos también para ver el pueblo de Friwen. En la misma excursión a Friwen, visitamos también Bat Island, a unos 20 minutos mar adentro, con un jardín de coral y unas playas espectaculares.



Kabui Bay: la bahía de Kabuy es espectacular, puedes estar medio día o el día entero en fusión de los lugares que incluyas. Nosotros estuvimos medio día para ver el mirador a lo alto de un karst (colinas típicas de Raja Ampat), Batu Pencil, un karst con forma de lápiz y un snorkel por la zona. También puedes añadir el Kabui passage, un canal que separa las islas de Gam y Waigeo, pero como nosotros ya habíamos ido durante el crucero, decidimos no incluirla.



Fueron unos días magníficos y de desconexión y sin duda repetiría. En nuestro caso fueron día de bastante relax, ya que previamente habíamos estado muy activos en el crucero. Para nosotros fue la mejor opción alternar el crucero con el homestay.

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