Seguíamos con nuestros días de relax en el paraíso. En nuestro homestay de la isla de Gam.
Ese día no habíamos acordado ninguna excursión, así que pedimos a Melkis si nos podía dejar la barca que usaban él y su familia para ir del homestay al pueblo de Yenbeser.
Por la mañana estuvimos en las playas (como había 2, íbamos de una a otra). Alternando tomar el sol, baños, snorkel y algún paseíto adentrándonos a la selva.
Después de comer Melkis no avisó de que ya estaba la barca en la playa. Así que fuimos a probarla.
Era una barca con un casco central y con dos patines a los lados a modo de trimarán para darle estabilidad. Poco a poco la fuimos probando por turnos. En el casco central había una tabla para sentarse y luego disponía de un remo.
Fede y Piluca la probaron antes que yo. Al principio simplemente daban una vueltecita e íbamos cambiando para probar todos. A mi al principio me costaba bastante y me di cuenta de que algo no funcionaba. Al fin descubrí que estaba sentado demasiado a proa, de modo que el remo ejercía poca fuerza para llevar la barca en el rumbo correcto.
Luego pude hacer una vuelta más grande y fue hasta la desembocadura del río que separaba Yenbeser de nuestra homestay. Navegando se veían los corales a poca profundidad y a medida que entraba más en el río había menos profundidad hasta que me quedé atascado en la arena. Tuve que saltar y empujar la barca hacia afuera.
También aprovechamos para sacar el dron y tomar algunas imágenes de el homestay Yenros mientras navegábamos con la barca.
Fue una muy buena experiencia que no esperábamos y así pasamos una tarde diferente y muy divertida.
-Navegar en barca tradicional es una gran experiencia. Si tenéis la oportunidad pedirlo en el homestay y seguro que os dejarán una.