Ya instalados en nuestro homestay de Yenros, en la isla de Gam, pactamos varias excursiones para el día de hoy. Primero snorkel en Friwen y por la tarde un trekking por la selva en busca del ave del paraíso, endémica en la zona.
Nos llevaron en barca hasta la isla de Friwen. Llegamos en unos 15 minutos, ya que la isla se encontraba justo enfrente de nuestro homestay. El snorkel lo íbamos a realizar en la isla de al lado, en Friwebonda, donde se encuentra al famosa Friwen Wall.
Friwen Wall es una pared vertical ideal para practicar snorkel y submarinismo. Empiezas des de el norte de la isla y la misma corriente te va llevando hasta el sur. Está lleno de peces y corales. Especialmente abundan en la zona del embarcadero abandonado, donde hay bancos de peces de colores muy bonitos. La pared vertical se ve muy profunda y nos cruzamos con unos submarinistas que querían ver el fondo.
La corriente nos llevó hasta el sur de la isla, donde nos esperaba Melkis con la barca. Luego hicimos una parada en la playa de Friwen, donde nos bañamos un rato y terminados de pasar la mañana.
Volvimos al homestay para comer. La comida del homestay era buena, un poco básica, siempre acompañada con arroz, hasta en el desayuno. El problema era el picante. Tuvimos que insistir mucho en que no echaran nada de picante, porque ellos ni lo notaban…
Por la tarde hicimos la excursión para ver el ave del paraíso. No tenía muchas expectativas en ver el ave, pero si que era la excusa para caminar un rato por la selva y ver todo tipo de fauna. Nos acercaron en barca hasta el homestay cercano, en Batu Lima. Allí nos presentaron al guía y nos adentramos por la selva. El camino era una senda estrecha y sin guía nos hubiéramos perdido solo empezar. La vegetación era muy espesa, árboles gigantes, troncos en medio del camino. Había muchísimos insectos y arañas… Poco a poco íbamos subiendo a lo alto de la loma hasta llegar a un mirador, básicamente un banco para sentarse, donde observar el ave. Estuvimos mucho rato mientras el guía buscaba el ave. La escuchaba, pero no daba con ella. Hasta que finalmente encontró una a lo alto de una rama de un árbol. Prácticamente solo la veíamos con el zoom de las cámaras. Era muy bonita y con varios colores. Eso sí, la vimos muy lejos. La vuelta fue por el mismo camino y de vez en cuando parábamos para ver algún animalito o planta que nos llamara la atención.
Finalmente, llegamos de nuevo a nuestro homestay para relajarnos y darnos un baño en la playa a espera de la cena. Luego, como cada noche echamos unas partidas a cartas.
-Recomiendo pactar las excursiones con el homestay antes de llegar a Raja Ampat. Luego allí se puede acabar de definir los detalles, pero la oferta es limitada y así puedes tener más opciones de juntarte con un grupo y ahorrar coste.
-El coste principal de las excursiones es el transporte.Normalmente se paga por la barca, así que si se comparte con más viajeros, se reparte el coste entre todos.
